Restauración de ecosistemas
El suelo es un componente fundamental de la biosfera, funcionando no solo para la producción de alimentos y fibras, sino también para el mantenimiento de la calidad ambiental. No es raro, por tanto, que se propongan índices de salud del suelo dado que la salud humana y el bienestar se asocia con la calidad y salud de los suelos. Pero intentar evaluar la calidad y salud del suelo es complicado, dado que se necesita tener en consideración múltiples funciones del suelo, siendo necesario integrar los atributos físicos, químicos y biológicos que definen la función suelo.
La calidad del suelo puede definirse en función del suelo y representa una composición de sus propiedades físicas, químicas y biológicas, desempeñando así tres funciones fundamentales:
– Es el medio de crecimiento de las plantas.
– Actúa como regulador de flujo hídrico en el medio ambiente.
– Sirve como filtro medioambiental.
El suelo es un recurso natural vital no renovable en la escala de tiempo humana.
Hay que realizar una serie de labores para facilitar la implantación de la vegetación. Este grupo de operaciones incluye una compactación ligera mediante pases de rodillo, rastrillado profundo, nivelado, despedregado, y arado entre otras. La realización de estas acciones depende también del tipo de revegetación que se vaya a realizar posteriormente.